Una de las ideas características de nuestra moderna cultura occidental ha sido su concepción del proceso histórico como el itinerario a través del cual la humanidad alcanza su mayoría de edad, al mismo tiempo que se libra, por fin, de un estado inferior y primitivo de sujeción a la naturaleza y de ignorancia o falsa conciencia. En el corazón mismo de lo que llamamos modernidad encontramos, pues, esta relación entre historia y utopía impregnada de un optimismo que hoy, a la vista de cómo le va a Europa y al mundo en general, pudiera ser oportuno, tal vez, revisar y discutir.
Sencillamente porque lo que ha sucedido es que, hablando en términos generales, se ha identificado lo que solo es progreso científico, técnico y económico con el progreso de la humanidad hacia la razón. Y nos encontramos con que, en vez de ese final de la servidumbre y de la…
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