El eterno problema de la publicidad exterior es el de si son capaces de llamar la atención más allá de su tamaño. Normalmente están tan integradas en el «ecosistema» de la ciudad que no nos paramos jamás a mirarlas pero, para romper esa monotonía, nada mejor que una llamada de atención, aunque sea a pleno pulmón y con cuerdas de por medio.
Transaviaha sido la compañía que ha convertido una terraza y una valla en un pequeño espectáculo.
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