Francis Bacon ve el futuro con sus lentes de trabajo. No, no es adivino, posee un saber extraño en este siglo, un saber aún por saber: Bacon es un político, uno de los primeros políticos que ha conocido el tiempo de los humanos. Porque también el político, su idiosincracia y su saber, tienen una fecha de nacimiento. Todo es histórico. Todo tiene un comienzo, un desarrollo y, al cabo, un fin. Nada existió siempre ni por siempre existirá. Y el político, como figura dedicada al ejercicio del gobierno, también tiene una fecha de nacimiento. Tal vez sea este siglo.
En algunos momentos, sus prácticas, sus conocimientos o sus juegos de poder pueden confundirle con un consejero o un cortesano, con un confesor real o con un hombre de confianza, pero finalmente acabará por mostrar un rostro infinitamente más calculador y distante que cualquiera de aquellos. La diferencia está en los…
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