Los ciclos existen. Empieza, lo que podríamos llamar, “la última etapa” de este viaje.
Llegamos al Rajasthan. Tierra de reyes y maharajas, desiertos colmados de fuertes y palacios inmensos del imperio Mewar. Turbantes, grandes bigotes, saris de colores, palanquines, citaras, decenas de concubinas, tronos de oro, aceites, juegos de polo, tigres blancos, camellos y elefantes de la realeza. Cómo trasmitir esa infinitud de texturas y colores que evoca este lugar. Llegamos a esa India del imaginario colectivo efecto de «Aladdín» y de «Las mil y una noches«. India rica, lujosa y lujuriosa. De emperadores despóticos y antojadizos. Una India caprichosa. Una India turística y un poco más rica que el resto del país.
Y llegamos al comienzo del fin de viaje. Acá donde todo termina fue donde todo debía haber empezado. Rajasthan iba a ser nuestra primer parada en India y el calor más el…
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