Ya no soy de tu propiedad

descubriendo talento

Hace varios años se puso en contacto conmigo un antiguo compañero de trabajo para contarme una situación muy peculiar que estaba viviendo.

Había presentado una carta de baja voluntaria en la empresa para la que trabajaba y ésta le había dicho ¡que no se la aceptaba!

Recuerdo perfectamente nuestra conversación y cómo me decía que no podía creerse que no le dejasen irse: «es como si fuese de su propiedad«, me dijo. Y no le faltaba razón.

El asunto me pareció completamente irreal porque esta persona se sentía como si fuese un objeto que pertenecía a la empresa y que ésta tomaba decisiones sobre lo que podía hacer o no sobre su trayectoria profesional, hasta el punto de decirle que no le dejaban irse de la empresa.

Algo que a todas luces no iba a llegar muy lejos porque la empresa no podía impedir de ninguna manera la…

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