Érase una vez el bebé Orangután Suryia y su amigo, el perro Roscoe… No, no se trata de uno de mis cuentos. Es una historia real de amistad entre animales de diferentes razas.
Según Agustín López Goya, director de biología del Zoo Aquarium de Madrid, no podemos llamar a este tipo de relaciones amistad ya que estaríamos «atribuyendo sentimientos humanos a otras especies», aunque lo cierto es que, a juzgar por las imágenes, una servidora no podría calificarlo de otra manera.
Lo correcto sería, según López Goya, hablar de «relaciones afiliativas». Es decir, son comportamientos que nos recuerdan a la amistad, pero que o bien son diferentes o bien no sabemos lo suficiente de ellos, por lo que no deberíamos inferir actitudes humanas.
Este tipo de comportamientos también son una muestra de la empatía que sienten los animales, «sobre todo las especies más inteligentes -apunta López Goya-, como primates y mamíferos…
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