[Es largo, pero fue lo que me salió en esa catarsis de impotencia, tristeza y reflexión]
Nos lo habían dicho: de Paracas, de Lima, de Trujillo. «Tengan cuidado, es muy peligroso». Es normal que la gente te prevenga, a veces casi que te meta miedo respecto a un lugar. Y una se cuida siempre, a una misma y a sus pertenencias, pero a veces las cosas pasan cuando uno menos se lo espera.
Cuando llegamos a Ica pasó lo que menos nos esperaba, lo último que uno quiere que le pase en un viaje, algo que empañó lo bien que la estábamos pasando y borró la sonrisa enorme de felicidad que teníamos por lo bien que nos estaba yendo y lo felices que nos sentíamos: nos robaron. ME robaron. Un p*nd*ej* de m*er*d* se fue corriendo con mi mochila, se subió a una moto donde lo esperaba otro…
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