Entre los 12 y los 18 meses la mayoría de los niños empiezan a comer peor. Esto se debe a dos razones:
1) Pasado el primer cumpleaños crecen a un ritmo más lento y ya no necesitan comer tan a menudo.
2) En este periodo ganan autonomía, aprenden a desplazarse sin la ayuda de los adultos y prefieren estar jugando, investigando y corriendo que sentados delante de un plato cuyo contenido no les apetece demasiado.
ASÍ COMERÁ CON MÁS ALEGRÍA
Ante esta situación, las madres, desesperadas, suelen recurrir a todo tipo de mañas y artimañas para conseguir que su niño acabe de comer antes de que le toque merendar: cantan, bailan, le hacen juegos de manos… ¿Hasta qué punto es positivo para el pequeño que su madre actúe así? ¿No dicen los expertos que “cuando se come, se come, y cuando se juega, se juega?”
Sin duda, lo ideal es que los niños aprendan desde pequeños que el…
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